Desmond Morris fue el descubridor de este tipo de gesto. Las mentiras suelen provocar una sensacion de picos u hormiguero en los tejidos de la cara y cuello que hacen que nos queramos rascar. Este gesto se hace cuando uno miente y sospecha que lo han pillado. Cuando esto nos ocurre el augmento de la presión sanguínea aumenta provocando estos picores y que el cuello transpire.
Pero que nos pase esto no quiere decir que estamos mientiendo siempre, también, cuando una persona se siente enfadada o frustrada hara este gesto para airearse.
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