Hay un estudio que se hizo en la Universidad de Yale que consistió en preguntar a los estudiantes por graduarse, si tenían claro cuáles eran sus objetivos al salir de la universidad. Sólo el 3% de ellos dijo que sí. 20 años después los entrevistaron, y constataron que ese 3% que había contestado que sí, era exitoso en su vida adulta y no pertenecían a los más altos promedios de la universidad. Eran estudiantes con promedios estándares o promedios bajos.
Esto se debe a que estos muchachos ya habían visualizado con lujo de detalles lo que querían hacer de su vida. Ya lo tenían tan sabido y vivido mentalmente que lo lograron. Ya lo tenían en su mente perfectamente claro.
Lo que nos dice esto es que antes de empezar a seducir hay que tener las ideas claras, ir seguro de ti mismo y visualizar que es lo que quieres hacer. A pesar de todo debes evitar volverte demasiado analítico, simplemente marcate unos objetivos y dejate llevar hasta alcanzarlos.
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